Actualmente,
la Historia se propone para una enseñanza comprometida con el avance de la democracia y
de la ciudadanía - procesos sociales
y políticos para los cuales se espera la contribución de las nuevas
generaciones.
Hay una
discusión de la relación entre la ciudadanía y la educación, y
hay un consentimiento, que la formación ciudadana debe privilegiar,
en el proceso de la enseñanza-aprendizaje, los
instrumentos intelectuales y
prácticos para una efectiva participación en la esfera pública - motivada,
consciente y elaborada, a partir del cruzamiento de los intereses subjetivos y
sociales.
Indican,
además, la necesidad de estimular la
investigación, el respeto y el reconocimiento del otro. En otras
palabras, apuntan la preocupación en hacer de la educación escolar
(y de la enseñanza de la Historia), un medio de aceptación de la diversidad de
perspectivas y proyectos individuales
o de grupos,
promoviendo la convivencia saludable, con la diferencia y un aprendizaje basado
en el conocimiento de
otras culturas y visiones del mundo.
El
proceso educacional desarrollado en las escuelas, deben garantizar que esta sea
por todo el
tiempo,
un espacio de crecimiento integral de los alumnos, ya que ella debe
desarrollar, sobre todo su función social.
Algunos
autores hablan de esta posible vía que debe ser presente en todas las escuelas:
;Paulo Freire¨
(1988), señala la existencia de una educación bancaria, y asumió una posición
contraria a lo que llamaba de educación bancaria.
Ese tipo
de enseñanza se caracteriza por la presencia de un profesor depositador
y un alumno depositario de la educación. "Quién es educado así, tiende a
tornarse un alienado, incapaz de leer el
mundo
críticamente".
El
educador debe comportarse como un provocador de situaciones, un animador
cultural en un
ambiente en
que todos aprenden en comunión: ninguna persona enseña
a nadie, y las personas no aprenden solas.
Esas y
otras ideas de Freire, están hoy, en gran evidencia en el medio educacional,
como por ejemplo, el concepto de la escuela ciudadana
(que prepara a los alumnos para tomar decisiones), y la necesidad de cada
escuela tener un proyecto pedagógico
en que reconozca la cultura local.
Jean Piaget,
(1994), presenta la teoría del
conocimiento, donde el eje central es que ¨el sujeto humano establece, desde su
nacimiento, una relación deinteracción con
el medio, y es en la relación de los niños con
el mundo físico y social, que promueve su desarrollo cognoscitivo.
Las
ideas de Piaget,
si bien utilizadas, ayudan al profesor a mejorar su práctica, por ejemplo, el
adolescente
puede pensar en cosas completamente abstractas, y no establecer una relación
directa con lo concreto;
él comprende conceptos como,amor la
democracia.
Debemos
observar a los alumnos para tornar los contenidos pedagógicos proporcionales a
sus capacidades, el niño es un encuestador en potencia,
levantando hipótesis sobre
el mundo, ello construye y amplía sus conocimientos, creando condiciones para
que el profesor alerte para proporcionar unconflicto cognoscitivo,
para que los nuevos conocimientos sean producidos.
Una
máxima de la teoría piagetiana, es que el
conocimiento es construido con la experiencia, lo que se torna
comprensible, cuando se trata de la moral;
según Piaget, leo que permite la construcción
de la
autonomía de la moral,
es el establecimiento de la cooperación en lugar de la coacción, y del respeto
mutuo en lugar del respeto unilateral, lo que, dentro de las escuelas,
significa democratizar las relaciones para la formación de sujetos autónomos.
Leo Vigotsky (1997),
señala ¨que el individuo no
nace listo y que también no es copia del ambiente externo. En su evolución intelectual,
hay una interacción constante e ininterrumpida entre los procesos
internos y las influencias del mundo social. Vigotsky comprende que el
desarrollo es fruto de una gran influencia de las experiencias del
individuo; pero cada uno comprende con un significado particular esas
vivencias.
La
manera como cada uno aprehende el mundo es individual, de manera que el desarrollo
y aprendizaje están íntimamente encendidos: nosotros solo nos desarrollamos si
aprendemos.
Enseñar
a los niños lo que ellos ya saben, es poco desafiador, e ir más
allá de lo que ellos pueden aprender, es ineficaz.
Lo
ideal, es partir de lo que ellos dominan para ampliar su conocimiento.
Con la
presentación de estas ideas, que han sido interpretadas por el campo
educacional, tornase necesario discutir acá, la función que la escuela
desarrolla como institución también de carácter social,
por tanto, su función social.
La producción de
estudios en el área de Historia, se ha preocupado actualmente por una mejor
comprensión de la realidad social, donde los hombres, con el uso de los
conocimientos adquiridos, asuman su postura de sujetos de su propia Historia,
con vistas a que esta deje de ser una ciencia que
se preocupa solamente por el pasado, y que busca posicionarse como una ciencia
que se
preocupa
también por las transformaciones ocurridas en la sociedad, en el transcurso del
tiempo, o sea, propone realizar un estudio del hombre participante
y agente en la sociedad.
Ocurre
además, el abandono de una visión lineal de la Historia, pasando a
direccionarse para las relaciones de cambio y
permanencia a lo largo del tiempo, para la existencia de las múltiples
temporalidades coexistentes en un mismo tiempo cronológico; la
interdisciplinaridad con
las
otras ciencias sociales,
como la antropología,
la sociología,
la geografía, la psicología y
otras. Ocurre aún, que los objetos del conocimiento histórico se dislocaron de
los grandes hechos nacionales o mundiales para la investigación de
las relaciones cotidianas, de los grupos excluidos y de los sujetos sociales
constructores de la Historia.
Lo que
pasó a emplear significado a la Historia, fueron las relaciones sociales
existentes en lo cotidiano: las relaciones de poder explícitas
o no, las resistencias,
las diversidades culturales y la percepción de
múltiples temporalidades expresas en cambios y permanencias, la búsqueda de la construcción de
la identidad de
los sujetos históricos, de la construcción de la Historia local con la
regional, la nacional con la mundial.
Es el
conocimiento histórico, desarrollándose sobre la presión de la
propia Historia.
Es
cuestión de gran importancia para la Historia, lo que dice respeto al tiempo
pasado, en la medida que lo observa como tiempo y movimiento,
en estrecha relación con el presente, ya que así es posible desarrollar un análisis de
la permanencia y cambios en la vida de la Humanidad, sobre
lo que
se construye una escala de valores que
los hombres van estableciendo al largo de la vida, cuando hace sus elecciones.
La
enseñanza de la Historia debe así construir una relación entre el pasado y el
presente, donde los alumnos sean llevados a percibir cómo los tiempos
pasados-presentes permiten establecer un permanente diálogo entre
ellos, retirando el criterio del carácter estático del pasado, y a reconocerlo
como un tiempo de transformación, en que los hombres mucho hicieron en la
búsqueda de satisfacción de sus necesidades.
Así, se
caracteriza el tiempo pasado como un proceso de constante cambio, lo que
confirma la necesidad de reconocer su carácter móvil. De esta manera, la
Historia se torna un estudio que, a partir del presente, se le hacen preguntas
al pasado.
Al
trabajar la importancia de la enseñanza de la Historia, debemos definir lo que
es estudiar, en
coherencia
con el porqué se debe estudiar la Historia; o sea, es más que una selección de
contenidos con propuestas de un tratamiento metodológico, más, tener una meta a
alcanzar y definir los contenidos, incorporándoles significado y valor,
en la medida que estos se tornan medios para
alcanzar una meta. La definición de esos contenidos, en búsqueda del objetivo
de la Historia - la comprensión de la realidad social-, debe llevar en cuenta
que hay una concepción tradicional de la Historia, heredada de la teoría
positivista del siglo XIX, que hace con que el estudio de Historia sea visto
como una interpretación pasiva
y contemplativa de la realidad, donde el conocimiento se presenta como una
aglutinación de un cierto número de hechos bien documentados y descritos.
Los
hechos, pasan a ser vistos en su singularidad e individualidad, de manera
lineal, estableciendo la
estrecha
relación de la causa-consecuencia.
Es el
desarrollo de un estudio vuelto a lo individual y lo superficial, basado en la
narrativa, que sólo presenta los héroes con la representación de los hechos
sociales y de otro lado, los hombres que todo reciben, de manera pasiva,
como espectadores, lo que trae un límite para que la Historia sea vista
como una disciplina que permite la comprensión de una realidad social.
Ahora,
lo que se va definiendo es un objeto de estudio en su dimensión global,
colectiva, social, en movimiento y cambio constante; donde el hombre es
considerado como un ser social, viviente de
una
sociedad que tiene dinamismo, donde el tiempo presente y la propia Historia es
vista en su construcción, comprendiendo una aprehensión de la
realidad de manera global.
El
estudio del pasado en la Historia debe ser comprendido como una manera de
trabajar la comprensión del tiempo presente, estableciendo una interlocución,
no limitándose solamente a una descripción de
hechos, ideas o actitudes heroicas,
como siendo una realidad estática,
compartimentada, fragmentada.
Al
seleccionar los contenidos, es necesario tener en mente, que hablar y analizar
la humanidad, es muy amplio, y por eso, hay la necesidad de una visión del
proceso de continuidad, pues,
el
proceso histórico, resulta de las prácticas sociales que se van desarrollando
como respuestas a las
necesidades,
que se van presentando en todo el tiempo, como desafíos a los hombres, y
cuando se encuentra la satisfacción para esos, otras necesidades se presentan,
creando así, la continuidad.
Desarrollar
la idea de la continuidad del proceso, es caminar para la construcción del
conocimiento histórico, en que los alumnos van a estar formando un pensamiento histórico
con respeto a su momento, de su realidad, pues en el diálogo que se establece
con el tiempo, comprende
que
hay una interrelación entre los diferentes aspectos, en diferentes
épocas: el político, social, cultural, económico, cultural, religioso; es
reconocerlos en su movimiento y en su constante transformación.
La
enseñanza de la Historia está impregnada de una narrativa basada en la elección
de algunos hechos, lo que lleva a una visión unilateral y con menor importancia
para la comprensión histórica, concediendo el carácter de la superficialidad.
No se
trata aquí de abandonar los hechos históricos, pero, registrar la importancia
de desarrollar
un
estudio que trae la propuesta de insertarlo en una dimensión que venga a
abordar su permanencia o continuidad en el proceso histórico, el hecho no es
visto como el todo y sí, como parte de lo global.
Aunque, la selección de los contenidos, está basada en una postura política e
ideológica; por eso, debe haber una definición muy clara sobre qué
interpretación y análisis desea hacer de la realidad social, así como la
transformación que se quiere procesar en esa misma realidad; Así como la manera
cómo se percibe la realidad, o la postura que asume delante de lo social,
influencia la
producción,
elaboración y la organización del
conocimiento a respeto de esa realidad. De esta forma, el valor y significado
destinado a un conocimiento está claramente ligado a su posición social frente
al objeto de análisis, con lo cual él establece un rol de indagaciones.
De esta
manera, el conocimiento producido y elaborado, a partir de los estudios
escolares no son neutros y percibidos por todos los alumnos de la misma forma,
mas es también, político, ideológico y localizado en función de una determinada clase social.
De
manera que, lo que se enseña, debe tener la clara definición de para qué
es y para quién se destina. Cuando se crea ese eslabón entre la
definición qué Historia enseñar, explicitada en la
organización
y estructuración de los contenidos, haciendo de estos un medio para facilitar
la comprensión de la realidad social, para aquellos con quiénes se propone
estudiar, podemos estar tomando el camino más acertado.
Desarrollar
un camino para la producción del conocimiento, exige un abordaje más reflexivo.
La práctica cotidiana permite una cierta comprensión de la realidad, siendo un
camino que lleva al hombre a ir construyendo significado cada vez más amplio de
una realidad en que él participa
como
sujeto, que tiene movimiento, y que a él, cabe su construcción y
reconstrucción, pues es sujeto histórico.
Alcanzar
esta comprensión de su papel social, abre condiciones para desarrollar un trabajo educativo
escolar al mismo tiempo en que se desarrolla el enseño de la Historia. Es el trabajo de
descubrir la realidad, en su papel de explicitarla, partiendo de las preguntas,
en búsqueda, no de certezas, mas de respuestas, que contribuirán en la idea del
proceso de la continuidad, de la constante búsqueda. De esta forma, los
contenidos deben servir como una mediación.
Deben
llevar a un trabajo de reflexión en que se perciba la realidad, no como una
situación acabada, mas sí, como una síntesis históricamente
producida por la acción de
los hombres en determinadas condiciones, bajo la acción transformadora de esos
hombres.
Una
enseñanza así, podrá transformarse en un factor significativo, tanto para
profesores como para los alumnos, en la medida que sea posible reflexionar
sobre su propia posición en el mundo, partiendo de sus experiencias y
situaciones concretas de la vida.
Al mismo
tiempo, debe contribuir para ampliar y profundizar la comprensión, permitiendo
la construcción de manera a realizar la intervención en la sociedad, a través
de suyas acciones,
en
búsqueda de su transformación. La enseñanza de la Historia pasa a tener un
sentido práctico, con
aplicabilidad
en un tiempo presente, pues consigue comprender una conexión entre historicidad
vivida y la Historia enseñada.
Partiendo
de una propuesta en que el conocimiento no sea dado por acabado, mas
teniendo al sujeto como activo en todo el proceso, la forma pedagógica que
acompaña el proceso enseñanza-aprendizaje escolar, debe trabajar el acto de
conocer basado en una forma procesal y dinámica,
en lo
que hoy puede y debe ser transformado y reelaborado por lo que venga a
ser aprendido, posteriormente.
De esta
forma, en la relación pedagógica establecida entre el profesor y el alumno, no
debe tener una polarización, mas los dos, deben asumir una misma postura de
sujetos que procuran juntos, elaborar un conocimiento, en un proceso
donde los dos aprenden juntos.
Profesores
y alumnos deben tener sus propias preocupaciones y cuestionamientos a respeto
de la realidad, como punto de partida en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
siendo este, su conocimiento inicial.
De esta
manera, se tiene una relación pedagógica preparada para la propia vida; en que
la búsqueda de respuestas no es siempre el objetivo, pues la comprensión puede
por veces, ser también la
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